Enfermedades psicosomáticas: ¿estoy enfermo o me lo invento?

Si tu médico te dice «usted no tiene nada, vaya usted al psiquiatra o al psicólogo».

Qué hostilidad… ¿verdad?

O qué miedo… ¡yo no estoy loco!

Antes de enfermar, el cuerpo da una serie de «señales previas», que no deberíamos desatender. El lenguaje común está lleno de ellas:

«tengo un peso en los hombros»

«se me va la cabeza»

«tener un nudo en la garganta»

«tengo presión en el pecho»

«es que no puedo con mi cuerpo»

«siento un vacío»

«estar hasta las narices»

«no poner el corazón»

«me falta el aire»

«y un largo etcétera».

¿Escuchaste decir alguna de ellas en la última semana?

Nuestro cuerpo actúa como una maquinaria perfecta. Si no atendemos las primeras señales, mandará las segundas, y si tampoco esas nos «da tiempo de atenderlas», mandará las terceras. Y esas, siempre son en forma de enfermedad física.

Las temidas enfermedades psicosomáticas.

Cuando ya has llegado al dolor físico, tu cuerpo ya enfermó. Pero la curación no sólo está en la medicina.

Pero por supuesto, debes acudir a tu médico en primer lugar y seguir el tratamiento que te prescriba

Y también te puedes apoyar en la psicoterapia. Porque si no aprendes a escuchar tus señales previas, tu cuerpo no tendrá otra salida que ir mandándote señales más y más fuertes…

El cuerpo da la respuesta que tu mundo emocional no da: parar, ser cuidado…

Hablemos de las 10 enfermedades psicosomáticas más comunes y las emociones que nos llevan a ellas.

(Recuerda siempre descartar en primer lugar condiciones médicas preexistentes)

1.Infarto: hostilidad, ira

Sentir cólera de forma continuada dicen numerosos estudios médicos que aumentan los riesgos de sufrir un accidente cardiovascular.

Está claro: la cólera moviliza la energía y prepara el cuerpo para la acción (acelerando la frecuencia cardiaca, el ritmo respiratorio, subida de temperatura). Para ello, el organismo libera grasa en la sangre a fin de quemarla.

Y eso no lo podemos controlar voluntariamente.

Y si ese ataque de ira es contra nosotros mismos, esas grasas no las quema en ninguna acción y se depositarán sobre las paredes de las arterias, aumentando, a largo plazo, el riesgo de infarto o de ataques cerebrales.

Por tanto, la agresividad hay que expresarla, exteriorizarla…para no explotar por dentro.

Aprender a canalizar tu rabia es lo que puedes aprender en psicoterapia

2. Dolor de cabeza: exceso de responsabilidad, ansiedad

Los tipos de dolores de cabeza más comunes probablemente son causados por tensión muscular en los hombros, el cuello, el cuero cabelludo y la mandíbula.

Puede estar relacionado con el estrés, la depresión, la ansiedad, un traumatismo craneal o sostener la cabeza y el cuello en una posición anormal.

Podrás leer, consultar con médicos y llegar a la conclusión de que no hay una causa realmente probada que cause dolor de cabeza.

Si lo sufres, pregúntale a tu inconsciente: ¿Qué beneficio saca tu sistema emocional cuando estás sufriendo esos terribles dolores de cabeza? ¿Tal vez paras una actividad frenética, te retiras del ruido de tu alrededor (y de tu interior), recibes más cuidados, apoyos…?

3. Dolor de estómago: dificultad para poder sentir, emocionarse

Descartadas las causas médicas graves, el dolor abdominal a menudo, está relacionado con causas inofensivas, como por ejemplo una mala alimentación o una digestión pesada. Junto con el estómago y el intestino, en la zona abdominal se encuentran otros órganos como el hígado o el bazo que podrían ser la causa del dolor. El dolor también puede ser debido al estrés o a problemas psicológicos. El dolor en la zona abdominal también es un síntoma de enfermedades como el síndrome del intestino irritable.

Se dice que el primer cerebro es el cerebro visceral; ése que tiene que ver con lo instintivo, con nuestra parte animal.

Son personas muy controladas, con mucho miedo a sentir, a escuchar su cuerpo.

Cuando el estómago no está acostumbrado a ingerir alimentos (casos de malnutrición, por ejemplo), la reintroducción de la comida debe ser gradual.

Igual pasa con las emociones, sino estás familiarizado con tu dolor, tu rabia, tu alegría, tu miedo…cuando sientes, se te «indigesta» y no puedes tolerar lo que sientes.

4. Dolor de espalda, mareos, vértigos: miedos

En la vivencia de dificultad en el equilibrio, la persona siente que está a punto de caerse, tiene dificultad para conservar el equilibrio, o puede caerse. Algunas personas también dicen que están mareadas cuando en realidad quieren decir que están débiles. El verdadero mareo es una sensación de cabeza hueca o de estar a punto de desmayarse.

Como siempre, una vez descartados los problemas médicos, nos quedamos con que el estrés emocional es uno de los mayores causantes de dolores, vértigos y mareos.

Si este es tu problema, necesitas aprender a contener, a retener, y así calmar tu miedo muchas veces irracional o controlable.

5. Fibromialgia: incapacidad para poner límites

La fibromialgia es un trastorno que causa dolores musculares y fatiga (cansancio). Las personas con fibromialgia tienen “puntos hipersensibles” en el cuerpo. Estos se encuentran en áreas como: el cuello, los hombros, la espalda, las caderas, los brazos y las piernas. Los puntos hipersensibles duelen al presionarlos. Las personas que padecen de fibromialgia pueden también tener otros síntomas, tales como:

Dificultad para dormir

Rigidez por la mañana

Dolores de cabeza

Periodos menstruales dolorosos

Sensación de hormigueo o adormecimiento en las manos y los pies

Falta de memoria o dificultad para concentrarse (a estos lapsos de memoria a veces se les llama “fibroneblina”).

Existe una clara necesidad de aprender a poner límites, de generar autoconfianza y seguridad en sí mismo. De empoderarse. La única forma que encontraste para defenderte en la vida es tensando tu cuerpo, hasta el punto de no sólo tensar tu musculatura, sino también el tejido conjuntivo.

Éstas son las tareas pendientes de quien padece de esos terribles dolores incapacitantes para el día a día. Aprender a relajar tu cuerpo y adquirir nuevas estrategias para defenderte.

6. Síndrome de Fatiga Crónica: necesidad de ser sostenido, acunado, mimado.

Las personas con Síndrome de Fatiga Crónica tienen un cansancio abrumador y una gran cantidad de otros síntomas que no mejoran con el descanso en la cama y que pueden empeorar con la actividad física o el esfuerzo mental. A menudo realizan actividades a un nivel sustancialmente menor de lo que eran capaces antes de la aparición del trastorno.

La vivencia es de haber podido sobrevivir a muchos micro-traumas en períodos muy frágiles de la vida y haber gastado ahí toda la energía vital.

Es necesario que tu sistema sensitivo, emocional se recupere de la fragilidad. Adquiera la certeza de sentirse sostenido, sin necesidad de estar en alerta, sino para poder descansar, dejarse ir.

7. Histaminosis: intolerancia a la vida

La histaminosis alimentaria suele ser una patología sumamente compleja, en la que se unen multitud de factores que pueden convertirse en causa de descompensación, y que por tanto hay que controlar.

El trabajo psico-terapéutico para pacientes con hitominosis es vital para su recuperación. La enfermedad tiende a apoderarse de su vida, sin dejar espacio para nada más. La experiencia de vivir está bloqueada.

Como efectos paralelos, y además de la intolerancia alimentaria, pueden llevar aparejados síntomas de fibromialgia y de fátiga crónica.

8. Colón irritable: enfermedad de los perfeccionistas

Hasta hoy, no se conoce ningún mecanismo único que explique por qué los pacientes con colon irritable sufren estos síntomas de forma crónica y reincidente. Desde un punto de vista general, lo más aceptado y demostrado es que existen alteraciones de la motilidad y/o de la sensibilidad digestiva, influenciadas por factores psicológicos.

Exceso de trabajo, ansiedad, el saber «torear los problemas» es una habilidad que conviene aprender para no enfermar.

Rasgos perfeccionistas. Hay que protegerse con estrategias sanas para poder calmar nuestro afán de superación incontrolado. Saberse imperfecto, reírse de uno mismo… ¿te suena imposible?

9. Enfermedades de la piel, psoriasis, vitíligo: No me toques, no existo para ti

La causa de la psoriasis es desconocida. En la piel se produce un mal funcionamiento de las células del sistema inmunitario, los llamados linfocitos. Estos desencadenan una inflamación que hace que la piel crezca con mayor velocidad, provocando las placas inflamadas y cubiertas de escamas. Hay situaciones que desencadenan brotes de psoriasis. La más conocida es el estrés emocional.

Y el vitíligo se manifiesta con manchas blancas de diferentes tamaños, que afectan a cualquier zona de la piel. No afecta de igual manera a todas las personas. Algunas pueden tener sólo algunas manchas dispersas por la cara, las manos o el cuerpo, y en otras las manchas confluyen y se van juntando en zonas muy amplias, volviéndose blanca una gran parte de la piel del cuerpo. Además, el efecto estético de la enfermedad es diferente según el color de la piel.

Ambas enfermedades, y todas las que afectan a la piel en general, tienen un componente de exposición social que manda un mensaje a los que nos rodean: «¿Me aceptas, me quieres? ¿existo para ti?».

10. Sudoración excesiva, mal olor corporal: miedo a los demás

La sudoración excesiva de rostro, palmas de manos, plantas de pies y axilas está directamente relacionada con el sobre estímulo del sistema simpático. Que es lo que hacemos cuando nos ponemos nerviosos.

La psicoterapia te puede ayudar a aprender a bajar tu nivel de alerta ante los demás.

Fuente: https://psique-psicologosevilla.es

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