La palabra clave: paciencia
Todos queremos una relación estable, pero pocos lo somos. Entonces, cuando ocurre el primer problema, solemos reaccionar desaforadamente. El que siente la necesidad de libertad vuelve a su vida de soltería, y los celosos explotan por cualquier cosa.
En realidad, la paciencia es clave en las relaciones saludables. Entender que hay diferencias y que el objetivo es seguir juntos a pesar de ellas es central en todo momento. Los grandes amores se pelean, pero saben que esto es perfectamente normal, y hasta sano.
Cada uno tiene su espacio
Tener una relación, noviazgo, unión libre o matrimonio no significa que la pareja deba hacerlo todo estando juntos. Por el contrario, cada persona tiene derecho a conservar su espacio para hacer sus cosas: trabajo, aficiones, estudios, etc.
Las relaciones exitosas son aquellas en las que sus integrantes pueden desarrollar su amor con el resto de sus prioridades. De hecho, el compromiso debería ser la seguridad que cada uno necesita para entender el resto de las realidades del ser amado.
La pareja debe ayudarnos a crecer
Hay quienes creen que la idea del amor implica dejarlo todo para complacer a quien se ama. A decir verdad, la pareja es más bien un complemento que nos ayuda a desarrollarnos como individuos.
De esta forma, nuestra pareja ideal siempre estará de acuerdo con lo que somos y con nuestros sueños. Quien ama de verdad no pone trabas ni es egoísta. Podríamos entenderlo como una especie de asistente que quiere vernos alcanzar la felicidad.
Los celos deben controlarse
Todos tenemos un poco de territorialidad en nuestro corazón. Sin embargo, debemos recordar que los celos y la posesividad son dos de las causas que generan más rompimientos. Una pizca está bien y es entendible, pero en exceso puede ser dañino.
Los celos son, precisamente, ese componente que intoxica a cualquier relación. Nos hacen perder espacios y, al final, la relación pasa del amor a la dominación. En la posesión y la obsesión, nadie puede existir o ser quien es.
La comunicación le dará años extra a cualquier amor
Muchos se preguntan «cómo tener una relación sana con mi pareja», pero pocos son capaces de preguntárselo a esa persona especial.
La comunicación ha salvado a más parejas que cualquier terapeuta o terapia psicológica existente. Para ello, hay que saber decir las cosas y también escuchar. En ocasiones, tendremos que escuchar palabra que simplemente no nos gustarán.
Sobrellevar las diferencias
No todos somos iguales y, si lo fuéramos, qué aburrida sería la existencia humana. Ser diferentes no debe hacernos cuestionar la relación. Aun cuando es bueno tener intereses en común, esto no define el éxito en el amor.
Saber sobrellevar las diferencias es uno de los consejos para tener una relación sana. En la realidad, existen miles de historias protagonizadas por personas totalmente opuestas. Frente a las diferencias, debemos trabajar tres valores: la paciencia, la tolerancia y el respeto. Si hay cariño, siempre se puede encontrar un punto medio.
Siempre debemos ser nosotros mismos
Si no podemos sentirnos libres, lo lógico es que tarde o temprano nos cansemos. Por eso, los buenos matrimonios y parejas son aquellos en los que nadie deja de ser genuino. El amor no puede suponer una traición en contra de nosotros mismos.
Por todo esto, hemos de repetir lo siguiente: «Tener una relación sana con mi pareja pasa por poder ser yo mismo». Nos referimos a la tan anhelada aceptación, que debe ser total y consensuada. Cuando alguien nos ama por lo que somos, el resto puede ser muy sencillo.